LA HUELGA NACIONAL DE NORMALES RURALES DE 1956 ( MISANTLA).
Tomado textualmente del libro “Hubo una vez una escuela Normal Rural en MIsantla Veracruz” del autor Profr. Salvador Hernández Mejía.
“ Para nosotros, los estudiantes misantecos la palabra “huelga” sonaba como algo extraño que sólo habíamos visto en los libros de Historia de México, pero a la vez la intuíamos como posibilidad de una aventura llena de aventura y romanticismo. No pensábamos que un movimiento de esa naturaleza significara holganza, ni que la suspensión de clases nos llenara de alegría; al contrario porque nuestra percepción del mundo y de la vida normalista se concentraba en tres actividades casi irrenunciables hasta entonces, que mucho nos gustaban y las realizábamos a plenitud, vivíamos sólo para ellas: estudiar, practicar nuestros deportes y convivir en la escuela y en toda Misantla (incluyendo, en primerísimo lugar nuestras excursiones diarias al rio), con nuestros queridos compañeros y maestros. Irnos a la huelga nos parecía una exageración aunque pensábamos que la gente de Misantla, sobretodo nuestras amigas iban a vernos como una juventud diferente: rebelde y revolucionaria….
Recuerdo que una de las amenazas de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública se cumplió: nos suspendieron el suministro de recursos para la manutención. ¿Qué hicimos? salimos en brigada a las comunidades aledañas al pueblo de Misantla a recolectar víveres y la respuesta de los campesinos y de los propios habitantes del pueblo fue formidable. Nos dieron costales de maíz, frijol, arroz y azúcar. En el pueblo nos proporcionaron aceite, sal, verduras, carne de cerdo, de res y de cerdo. Un buen tiempo no nos cobraron en el molino por la masa de las tortillas. Los maestros y el Director se solidarizaron con el movimiento y como tampoco les llegaba su salario se sentaban en las mesas del comedor a comer con nosotros.
Nuestras compañeras y amigas del pueblo nos llevaban gorditas, enchiladas, tacos, tortillas para el desayuno y algunas cazuelas con comida.
El pliego petitorio de las escuelas normales a escala nacional comprendía una serie de exigencias que en ese momento los normalistas consideraban de justicia que fuera resuelto; por ejemplo la beca que teníamos incluía la cantidad de tres pesos diarios para alimentos con los que había de desayunar, comer y cenar; pedíamos que la aumentaran a cinco pesos. Al final de la huelga quedó en cuatro pesos con cincuenta centavos….
En el caso particular de la Normal Misantla, se solicitó se construyera el edificio, pues se rentaba casas particulares y habíamos tenido que improvisar el comedor y dormitorios con paredes de tarro y techo de láminas de cartón, además de que los pisos eran de tierra. Lo más importante para nosotros era la construcción del edificio, pues en lo demás como ya lo he expresado, teníamos de todo; si nos aumentaban lo relacionado con la alimentación sería algo intrascendente, ya que pensábamos que comíamos bien….”
Fotos: Tomadas del libro “Hubo una vez una Escuela Normal Rural en Misantla Veracruz”
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