EL TOTONACO EN MISANTLA PODRÍA EXTINGUIRSE.
Artículo tomado textualmente del UNIVERSO una publicación cultural semanal de la Universidad Veracruzana, un trabajo de David Sandoval Rodríguez donde hace alusión a la importante investigación del estudioso Enrique Vez López referente a la extinción del totonaco en la zona de Misantla.
David Sandoval Rodríguez
Las decisiones que se toman al interior de las familias es uno de los principales elementos que han provocado la desaparición de la lengua totonaca en la región de Misantla, plantea investigación de Enrique Vez López, estudiante del Doctorado en Lingüística Aplicada y Estudios del Lenguaje que se imparte en la Universidad Veracruzana (UV).
Con el título “Dinámicas familiares en el desuso y posible extinción del totonaco de Misantla, Veracruz”, Enrique
Vez, maestro en Educación por la Universidad Eastern Mennonite de Virginia, Estados Unidos, presentó una investigación que realizó a lo largo de cuatro años tanto en comunidades como en archivos oficiales.
Teniendo como asesora de tesis a María Enriqueta Cerón Velásquez, investigadora del núcleo académico del doctorado, y como co-director de tesis a Gunther Dietz, académico del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), Vez López entrevistó a familias oriundas de las localidades de Yecuatla, Landero y Coss y San Marcos Atexquilapan.
“La extinción de lenguas es un fenómeno sin precedentes que ocurre en el presente, es una extinción que se da a escala masiva; se dice que en alguna parte del mundo desaparece una lengua cada dos meses y medio, eso es demasiado”, planteó.
En vista de ello es necesario investigar y averiguar por qué se está dando este fenómeno y cuáles son sus causas, apuntó; “entonces, a través de la investigación documental y las visitas a las comunidades es posible conocer la situación ya que efectivamente esto es algo que se presenta en nuestra región y nuestro estado, no muy lejos de aquí, en la región comprendida entre Naolinco y Misantla”.
La investigación comprendió tres años de trabajo de campo, visitas a comunidades, entrevistas y recolección de datos, así como la indagación de documentación oficial, informes de gobierno, memorias de jefes cantonales, para poder comprender cómo se había desarrollado la región, y un año de preparación del documento final.
“Los datos arrojan que, efectivamente, las dinámicas que se dan alrededor de las familias son fundamentales para que una lengua se mantenga viva o sea desplazada y muera”, explicó.
La desaparición se debe a múltiples factores; “por ejemplo, cuando al interior de la familia se toman decisiones ocasionadas por varias causas, una de ellas es la percepción de que cambiar de lengua puede resultar beneficioso para obtener un trabajo, para moverse a otro lugar; también tiene que ver –en el caso de esta investigación– con sentirse ajenos, discriminados, relegados e incluso a veces ser blanco de burlas por hablar una lengua como el totonaco. Son varios los factores que inciden para que alguien al interior del hogar decida olvidarse de su lengua y mejor enseñar español a sus hijos”.
Reconoció que la desaparición de las lenguas pasa desapercibida a la sociedad en general, “poca gente está consciente de que las lenguas son frágiles porque uno pertenece a una lengua que es mayoritaria, fuerte y poderosa, a uno no le pasa por la cabeza que una lengua pueda morir, extinguirse y no hablarse más”.
Precisó que en sus localidades de estudio (Yecuatla, Landero y Coss y San Marcos Atexquilapan) “el totonaco está en grave riesgo de extinguirse o moribundo, en riesgo de desaparecer”.
En sus conclusiones plantea la importancia de fuerzas y dinámicas al interior de las familias que contribuyeron a la desaparición y se relacionan con padres de familia e hijos que decidieron suspender la transmisión generacional de su lengua materna.
“Esta condición agónica sucede porque ya no hay hablantes jóvenes, quienes hablan rondan los 70 y 80 años, entonces es difícil, hay alguna esperanza en Yecuatla pero es difícil que sobreviva.”
En ese sentido, señaló que deben generarse estrategias para revertir la desaparición, a través de la creación y planeación de programas que puedan implementarse “para que las personas revaloren la lengua que tienen y han dejado a un lado, que se vuelva a enseñar y surja un interés, para lo cual hace falta presupuesto y dinero”.
Vez López destacó que debemos “convencer a las personas de que este conocimiento es valioso, que tienen padres y abuelos hablantes, interesarlos en su lengua, porque muchos de ellos la conocen pero la consideran como algo del pasado, que no les sirve; si podemos convencer a las personas del valor de la lengua totonaca, sería muy bueno para que no desapareciera”.
Fotos: Crédito a quien corresponda.
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