El bandolero Fernando Toledano: terror de Misantla y la región

El bandolero Fernando Toledano: terror de Misantla y la región

Por el año de 1909 en el entonces Cantón de Misantla, existió un bandolero famoso llamado Fernando Toledano “El hombre Canana” originario del municipio de Tlapacoyan, que puso en jaque a las autoridades de aquel tiempo.

Refieren  que Toledano era una persona muy agresiva  que tenía en su haber varios hechos delictivos por lo cual finalmente fue remitido a la cárcel del Cantón de Misantla que era gobernada por  el Jefe Político Francisco Cánovas.

Ante el jefe Político Cantonal de Misantla se presentó la madre de Fernando Toledano para tratar de llegar a un arreglo económico y que su hijo recuperara la libertad -la familia del malhechor  era pudiente- pero Cánovas le informó que lo consultaría con el gobernador Teodoro A. Dehesa. El gobernante se negó a pesar de que ofrecieron una fuerte suma para obtener la libertad del delincuente. Dehesa ordenó castigo y cárcel para el sujeto.

Los gobernantes de aquella época

Sin embargo, Toledano escapó de la  prisión en Misantla y después de andar a salto de mata se refugia en el municipio de Tlapacoyan en la casa familiar, donde manifestó que esperaría «la bola” que así se denominaba a la ya esperada e inminente revolución, para enrolarse y así escapar de la justicia.

Narración de los hechos posteriores a su escape de la cárcel

Diario La Opinión – 30 de marzo de 1911

Enrolamiento revolucionario

En ese entonces del México bronco “El hombre Canana” se enroló con las fuerzas del Coronel revolucionario Esteban Márquez quien gozaba de bien merecida fama como militar.

En su llegada a Misantla, el Coronel Márquez se entera de que Francisco Cánovas, Jefe Político mandó pedir armas a Xalapa para combatir a las fuerzas revolucionarias, lo cual molestó al  Jefe insurrecto quien ordenó a Fernando Toledano perseguir a Cánovas quien ya huía a Xalapa sin lograr darle alcance, quedándose Toledano con sed de venganza.

Coronel Esteban Márquez

Fernando Toledano se puso a las ordenes de Márquez en Tlapacoyan, pero no participó en contienda alguna, y posteriormente fue expulsado por su indisciplina.

El Coronel Márquez refirió que Toledano jamás participó en alguna batalla revolucionaria, que las heridas que tenía eran las recibidas en su huida de la cárcel del Cantón misanteco.

Márquez también refiere que la conducta de Fernando Toledano cuando estuvo a su mando era escandalosa y que en Jicaltepec estuvo a punto de fusilarlo por desmanes que cometió en dicho pueblo, quien fue salvado por la intervención de los  agraviados.

La población de Jicaltepec se mostró temerosa de saber que el bandolero venia en las filas revolucionarias

Poco después llegó  el licenciamiento de las fuerzas revolucionarias, existiendo un paréntesis en la lucha revolucionaria con la  caída de Porfirio Díaz y el gobierno de Francisco I, Madero,  la relativa calma vuelve al país, hasta el levantamiento de Carranza.

La muerte del Hombre Canana

Diario La Opinión – 22-Abril-1912
En el dibujo están marcadas las heridas que tenia en su cuerpo

De Fernando Toledano “El hombre Canana” se sabe que murió asesinado en Teziutlan, Puebla el día 21 de abril de 1912. Murió de dos disparos de bala, uno en el pecho y otro en el cuello.

Su fama era por ser sumamente agresivo, personaje  que peleaba de manera sanguinaria contra sus enemigos.

Así terminó la vida de este forajido que intentó convertirse en héroe revolucionario.

Los periódicos de la época dan cuenta de sus fechorías

Diario La Opinión – 30 de Julio de 1911
Diario El Imparcial – 12 de Diciembre de 1911

Toledano aprovecho sus heridas productos de la fuga de la cárcel de Misantla para hacerse pasar por héroe revolucionario

The Mexican Herald – 15 de Junio de 1911

En Julio de 1911 el Coronel Márquez hace énfasis en que Toledano no es ningún héroe de guerra y lo expone como un farsante

Así se expresó el Coronel Márquez sobre Toledano:

Fernando Toledano se encontraba preso en la cárcel de Misantla por delitos del orden común, es decir, no tenían ningún carácter político, y, de acuerdo con Rodolfo Rodriguez precuró su evasión, la que realizó el propio Toledano, mediante un encuentro en toda forma que tuvo con sus perseguidores, siendo herido en varios lugares del cuerpo. Cuando los hombres que lo perseguían creían haberle dado muerte, Toledano se apoderó de un caballo y logró huir; es fácil convencerse de que la lucha que emprendió fue por su libertad personal.

Después de aliviarse de las heridas que recibió, se puso a mis ordenes en Tlapacoyan, sin que en mis filas desde ese momento, se hubiera registrado ni un encuentro siquiera; es así como puedo afirmar a Uds. que Toledano no ha sostenido combate alguno.

En la cárcel de Misantla, y en los procesos que se iniciaron en su contra, deben constar las cicatrices que tenía antes de la fuga de la cárcel, las que tenga frescas, así podemos llamarles, deben ser las que le dejaron las heridas que recibió cuando su fuga requerida.

Toledano se separó de mi lado el día 6 de Junio pasado, para ponerse a las ordenes del Coronel Llanas. Su separación obedeció a una falta que cometió en Jicaltepec, y la cual ameritó castigo; a ese respecto obra en mi poder un certificado que el señor D. Alfonso Roussel, Agente Consular de Francia, en ese punto, me expidió, haciendo constar, como nota discordante, el incidente de Toledano.

….

Como puede verse, el Coronel Márquez, de una manera terminante, desmiente que Toledano haya recibido las heridas que tiene, en ningún encuentro, y las cuales se atrevió a presentar como las señales irrefutables que le dejaran sus épicas hazañas en los campos de batalla.

Diario La Patria. 20 de Julio de 1911

Fuentes Bibliográficas:

Hemerotecas de “La Opinión” 1911 y 1912”; “El Imparcial” 1911; “La Patria 1911”, «The Mexican Herald», 1911

Misantla Historia y Leyenda. Ángel Miguel Cuevas y Pérez. 2008.

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