Personajes misantecos: Don José Meza García
Nuestro personaje nació en los albores del siglo pasado, un 19 de marzo de 1895 por ello de su nombre, José que con sus apelativos Meza García, quien había nacido en la Cong. de Plan de la Vieja, un lugar hoy conurbado con Misantla, Ver. pero que en aquellos tiempos se encontraba incomunicado a no ser por una calle si así se le podía llamar donde prevalecía el lodo en tiempos de aguas y piedras, polvo en las secas, camino propicio para animales de carga.
Don José Meza García, autóctono, totonaco, cuyo nombre, el asentado en el Registro Civil era Gregorio, cuyos padres habían sido don Andrés Meza y la señora Agustina García, vecinos de Plan de la Vieja, su infancia trascurrió como la de muchos niños de aquella época, ayudar a las labores del hogar, en medio del campo, ya sea “tordeando”, es decir espantando tordos en las milpas, llevando el “bastimento” a los campesinos y pequeñas tareas propias de ese tiempo, si quedaba tiempo pues destinarlo a jugar y a las travesuras de la época, cabe decir que el niño José era muy travieso y dado a las bromas, eso rigió su vida.
En todo ese ambiente rural fue creciendo nuestro personaje, rodeado de la naturaleza, pescando en el rio, guapotes, truchas, islamas, bobos, camarones y burritos que eran familia de los camarones pero mucho más modesta pero comestibles.
En sus años mozos José se dedicó a una actividad que era común, picador de hule que consistía en rayar los árboles de hule que abundaban en esa época para obtener el producto que era utilizado entre otras cosas para fabricar mangas de hule, una actividad muy socorrida en Misantla que prácticamente ya desapareció y también los árboles de hule.
Don José era sumamente popular en aquella comunidad donde prácticamente todos eran conocidos, en ese ambiente campirano, lleno de grandes carencias, creció el futuro “curandero” el ir y venir al “pueblo” que así le decían a Misantla, cuestión que se sigue practicando en el actual Plan de la Vieja, hoy ya modernizado y muy poblado.
La historia de cómo se hizo curandero es debido a que un día se lastimó una pierna y tuvo que acudir con una “curandera” de la localidad quien le trató de su mal, ahí le nació la idea de practicar algo que era común en la época ya que si bien había médicos, eran contados para atender a toda la población, el oficio de “curandero” era común en una época en que existía necesidad para cubrir una actividad social, José ahí vio su oportunidad dado que era un hombre sumamente observador y mente privilegiada.
Pero en su juvenil vida se le atravesó la Revolución Mexicana, se unió a las fuerzas carrancistas, de ahí su participación en el movimiento armado de 1910 siendo muy joven lo cual le valió en su vida futura obtener el rango de Capitán Primero de Caballería, Veterano Legionario lo cual lo hizo acreedor a una pequeña pensión vitalicia que otorgó el gobierno mexicano a todos aquellos que participaron en la Revolución Mexicana, a su muerte al final de la década de los 70s, la pensión la siguió cobrando su viuda, la señora Elisa Sangabriel García con quien procreo cinco hijos, tres varones y dos mujeres.
Don José era sumamente popular en el Misantla de aquellos años, le gustaba tocar la jarana, le encantaba la música jarocha y de la huasteca, era conocido como el Capitán Meza cuando en la ciudad de Misantla existía una “partida militar” donde era muy respetado, los soldados y clase oficial se le “cuadraban” lo cual era motivo de orgullo para el abuelo, le gustaba mostrar su uniforme de militar sin faltar la pavorosa pistola calibre 45 que obviamente lucía en los desfiles de la época, muchas historias y anécdotas existen de mi “capi”.
Para él, la milicia era algo fundamental, si algún familiar se enrolaba en el ejercito, para Don José era un gran logro y mucha satisfacción.
Así fue como Don José se fue haciendo conocido en la región, eso fue por la década de los 50s cuando su fama empezó en toda la zona y otros lugares más alejados, su habilidad para sanar se hizo famosa, recuerdo que venía gente de otros estados a curarse y lo conseguía, igualmente viajaba a otros estados a “curar”.
Los días “buenos” para él eran los martes y viernes eso continua en este mundo, hoy prácticamente la actividad de curandero desapareció pero existe en los estratos más humildes, el desarrollo de la ciencia se ha ido imponiendo.
¿Cómo trabajaba? Sencillo: nos parece que era un psicólogo innato, le gustó leer mucha literatura médica, se empapaba de conocimientos médicos, cultivaba amistad con médicos como aquel Dr. Castro que lo visitaba, eran grandes amigos, le enseñaba cuestiones prácticas de la medicina que asimilaba muy bien.
Operaba así, en una silla bajita, le decíamos de pajita, ponía alguna prenda del enfermo que obviamente no asistía muchas de las veces, le rociaba aguardiente y posaba su mano, con mucha seriedad hacía la pregunta : tiene fiebre el enfermo? No quiere comer? Tiene vómito? y así pero hábilmente le preguntaba a la persona que asistía de que estaba enfermo el paciente y como ya tenía conocimientos médicos, pues sabía de síntomas, la gente contestaba invariablemente, si Don José, así operaba el abuelo.
Muchas de las veces vi como sanaba a personas que le quedaban muy agradecidos, fueron muchas las personas que sanó de ahí la fama del abuelo.
Don José era afecto al “trago” y cuando llegaba algún cliente había que buscarlo en lugares que uno ya sabía que estaba, la pregunta y respuesta que daba era: «si trae zapatos, diles que ahorita voy, si viene descalzo, dile que me espere, así era don José».
En el pueblo era un personaje típico, sumamente conocido en su época, le gustaba comer y vivir bien, hacía viajes largos para lo cual contrataba un taxi, era muy desprendido y cuando podía ayudar a las personas, sencillamente lo hacía.
Ese fue don José que falleció un 2 de junio de 1979.
Una respuesta
Muuuy bien. Genial descripción de un ser humano de excepción. Muchas felicidades mi estimado amigo Melquia, un día alguien escribirá tu historia, repleta de vivencias sensacionales y buenas letras. Saludos.