NOS HEMOS OLVIDADO DE SAN SEBASTIÁN.

NOS HEMOS OLVIDADO DE SAN SEBASTIÁN.

 El Mtro. Ángel Miguel Cuevas y Pérez es Cronista de la ciudad de Mizantla a quien debemos este relato acerca de San Sebastián,  agradecemos públicamente su aportación cultural  a esta  página.

A través de los años Mizantla y sus habitantes, hemos sido muy religiosos, tal vez desde el momento mismo de la evangelización. No faltara alguien en decir, y ¿la religiosidad pre hispánica?, muy cierto, porque los evangelizadores franciscanos en nuestra provincia fueron testigos de todos esos grandes ceremoniales que le hacían al Sol, la Luna y a Venus, así, como a los fenómenos naturales como a Tajín el viejo trueno que habitaba en las altas montañas y que desde lo lejos anunciaba la tempestad. Mudo testigo de esa religiosidad es la cabeza del dios Tlaloc como vertedero de agua cuando llueve y que se localiza en una de las esquinas donde descansa la cúpula principal.

Al suceder la fundación o congregación de la nueva Mizantla como usted quiera llamarle, el 20 de enero de 1564, fecha en que se celebra la festividad de San Sebastián y San Fabián, (mártires) el primero Santo patrón de la península Ibérica, y fue tomado a la vez como Santo Patrón de la naciente población, los pobladores en la cima de lo que conocemos como Cerrito del Calvario, se le edificó un pequeño templo en donde se celebrarían los actos religiosos de la nueva religión.

El fervor religioso a San Sebastían para el nativo, se transformo en un respeto paternal al cual le pedían los favores necesarios para el cultivo de sus sembradíos y sus abundantes cosechas de lo que cultivaban, maíz, frijol, calabaza, café, naranja etc. al cual le pedían fervorosamente para que lloviera en temporada de estiaje, o para que saliera el sol en temporadas de mucha lluvia. Muchas han sido las celebraciones que se le han hecho precisamente en temporada prolongada de la falta de lluvia.

Un gran promotor de estas celebraciones al Santo fue el señor Rosalino Carrera Sánchez quien se esforzaba en organizar la procesión del santo de la parroquia al Cerro del Calvario donde tuvo su templo en el momento del traslado de Mizantla Pueblo Viejo al lugar actual. La gente fervorosamente asistía a esta procesión de visita de San Sebastían a su antiguo lugar portando cañas adornadas con cintas de colores, cantando alabanzas al Santo en medio de los cohetes y el repique de campanas. En una ocasión me toco presenciar esta celebración y procesión del Santo que cuando lo regresan a la parroquia de momento se oculto el sol y el cielo cubierto de nubes empezó a llover, tanto el Santo como los feligreses se mojaron, argumentando que el Santo había escuchado las necesidades de la población. Hoy en día con este estiaje bien podríamos acercarnos a San Sebastián para pedirle el favor de la lluvia.

Foto: Toda del muro del Cronista

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