MISANTLA EN LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA.
Un trabajo realizado por el Mtro. Ángel Miguel Cuevas y Pérez, Cronista de la ciudad de Misantla a quien le manifestamos las gracias por permitir su publicación en esta página cultural, publicada también en el semanario “El Pregonero”.
La región de Misantla fue sorprendida por la llegada de noticias de partidas de insurgentes que se dirigían a esta zona, en 1812, don Francisco Javier Olastigochea, Subdelegado del partido de Misantla, temiendo que los insurgentes se posesionaran de la población, ordenó a don Joaquín Angulo, su escribiente, para que tomara los archivos locales y los llevara a Nautla y de ahí enviarlos a Veracruz, pero el comisionado fue sorprendido sin lograr su cometido, los nativos de esta región que en un principio desconocían los orígenes de la revolución pero que estaban viviendo las altas cargas de impuestos, maltratos y opresión por parte de algunos Alcaldes Mayores, Corregidores, Subdelegados y Tenientes, abrazaron la causa como propia y se unieron a los insurgentes que habían desertado de Naolinco.
El 3 de julio se unieron a Llorente en Nautla, 158 realistas de Perote, y el día 4 por la tarde salía rumbo a Misantla, después de una jornada bastante grande y complicada por la abrupta vegetación arribaron a Misantla entre las 8 o 9 de la noche después de varios enfrentamientos por el camino con algunos grupos de insurgentes, acantonándose en el templo parroquial.
Este primer ataque a Misantla según la relación enviada por Carlos María Llorente al Virrey Calleja desde Nautla el día 15 de junio de 1815, acompañado del cura realista Fray Pedro de Villaverde, daba cuenta de la defensa de los Misantecos auxiliados por la gente de Colipa y Yecuatla de cómo los insurgentes habían construido trincheras para defenderse del ejercito realista. El cual llegó a Misantla y observó que no había gente en el pueblo, los cuales habían huido al monte para esconder las joyas y alhajas de la iglesia, se posesionó del templo parroquial, acantonaron en ese lugar sus tropas. A su llegada Donallo capturó a 10 insurgentes, incluyendo al caudillo de los indios insubordinadios y de inmediato los paso por las armas, en los días posteriores sostuvieron frecuentemente encuentros, con los insurgentes obligándolos a retirarse a Nautla, por la falta de comunicación para seguir luchando contra los rebeldes.
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