COSAS CURIOSAS DE MISANTLA: UN PARQUE ZOOLOGICO PETRIFICADO,

COSAS CURIOSAS DE MISANTLA: UN PARQUE ZOOLOGICO PETRIFICADO,

En el año de 1947 un viajero hondureño llamado Porfirio Hernández “Figaro” escribió en su libro “Veredas, Cumbres y Barrancas” un interesante texto referente a Misantla, aquí se lo le dejamos, creemos que la magnífica descripción hace referencia a los Ídolos, (Tochpan) pero usted juzgue.

“Nosotros no iremos a ver las ruinas  principales de Misantla, que se encuentran en las faldas del cerro Astillero. La meseta es muy angosta y se encuentra aislada por profundos barrancos y despeñaderos inaccesibles. Pero no es eso lo que nos asusta sino la falta de tiempo, la distancia  y sobretodo el temporal que se ha desatado desde hace dos días. En cambio, visitaremos una especie de parque zoológico petrificado, que se encuentra a pocos kilómetros al otro lado del río. Con la ayuda de un guía nos trasladamos allá. La región está sembrada de cafetales y los monumentos se encuentran cubiertos de hierba. Manejando el machete con una habilidad propia de su oficio, un campesino logra desbrozar, para que veamos una piedra tallada en forma de mesa.   ¿Qué pudo ser esto?. La arqueología no nos llama ni con mucho, sus preferidos. La mesa es interesante pero nuestro interés no pasa de allí. Más interesantes nos resultan algunos animales que descubrimos y que muestran una rara habilidad de los indios totonacos para tallar la piedra. Un león feroz, con las garras rampantes, una tortuga perfecta, de media tonelada de peso, un caracol maravilloso, uno como elefante que sólo nos muestra la grupa y que se encuentra enterrado en sus tres cuartas partes; una calavera muy bien hecha, que nos recuerda el misterio de la muerte, en este día esplendido, lleno de sol, de trinos de pájaros  y de zumbidos de insectos: una cadáver tendido, que solo enseña una parte del costillaje y que se haya medio deshecho, una rana gigante, que parece dispuesta a saltar, croando y algunas cosas más, que se encuentran sepultadas en la selva  y que resultan casi inaccesibles, debido a la tupida vegetación. Esta se haya formada, en parte, por algunas hierbas espinosas, plantas traidoras muchas de ellas, que solo están esperando el paso de nuestro cuerpo para arañarlo  despiadadamente. Mis manos chorrean sangre, del zarpazo que acaba de darme una rama que parecía inocente y que encierra millares de espinitas como dientes menudos que se me prenden en la carne. Hace calor y nuestras sienes chorrean sudorosas. Buscamos refugio al pie de los cafetos  que nos muestran, como regalo sus bayas  rojas ya maduras, en que está depositado el precioso grano de café envuelto en una pulpa dulce. Atravesamos el río y volvemos a la ciudad con la impresión  de que hemos estado en un parque zoológico petrificado.”

Si estamos en lo cierto de que el autor se refiere a la Congregación de los Ídolos, habría que preguntarse dónde se encuentra el “león feroz” “la mesa” “el elefante” y algunos pieza arqueológicas  más.

Foto: Crédito a quien corresponda

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