ASÍ ERA LA FERIA DE AGOSTO EN MISANTLA

A la memoria de un gran misanteco, Dr. Juan José Pelayo y Roa. D.E. P.
Se acerca la fecha de la Feria Patronal Tradicional de agosto en Misantla que se celebra el 15 de agosto, se festeja a la Patrona del pueblo la Virgen de Santa María de la Asunción, época que el pueblo llamaba de la “guayaba” por ser un mes, el de agosto difícil económicamente.
En antaño eran días en que la población se preparaba con anticipación para disfrutar la Feria, días en que la gente humilde tenía la oportunidad para “estrenar ropa”, fechas en que la chamacada guardaba celosamente sus “quintos” para gastarlos en la feria, eran tiempos previos para trabajar duro y así tener dinero para la feria de agosto, así veíamos a la gente trabajar arduamente para estrenar lo que decíamos en aquel tiempo como “muda de ropa”, era algo común en las personas, gastar en los juegos mecánicos y diversiones de la feria cuyo precio recordamos era de un peso por juego mecánico, días en que no sabíamos mucho de la posterior “inflación”.

Época en que la gente ahorraba, se compraba ropa para toda la familia los zapatos y demás enseres, había que estrenar, esa era la costumbre de aquellos lejanos días en que la Feria se instalaba en el Parque Morelos, pleno centro de la ciudad.

Las calles aledañas se llenaban de puestos de frutas sin faltar las manzanas, peras, tunas, duraznos, uvas, las infaltables nueces que a mi abuelita Licho tanto gustaban, puestos de dulces, membrillos, de calabaza, higos etc. donde revoloteaban las abejas, juguetes y esas cosas, días en que la gente esperaba los últimos días de la feria para dizque aprovechar las ofertas de los gritones, ollas, cobijas, enseres domésticos y toda esa gama de chucherías propias para el hogar, la bulla era algo único, tradicional y que ya no vemos.

Los coloridos puestos que invitaban a la gente a probar su suerte en las canicas, los patitos, el infaltable tiro, toda una gama de diversiones populares, esa era la Feria de Misantla.
Mo podían faltar los juegos mecánicos, el alma de la Feria, los caballitos-había que ponerse abusado para darse la vuelta de gratis- la rueda de la fortuna, el remolino, el látigo, el martillo y otros juegos que hacían las delicias de grandes y chicos, subirse a ellos era casi obligatorio mientras la gente mayor observaba con mucha curiosidad.
No podían faltar las carpas de empresas cerveceras, donde los adultos en plena calle se divertían a su manera con aquellos espectáculos que hoy se hacen en lugares apropiados, días en que veíamos a la mujer araña que había sido castigada por ser mala hija, claro todo era simulado pero la enseñanza ahí estaba.
El Parque Morelos lucia pleno de gente, encontrar un lugar donde sentarse era muy difícil, un parque en que la gente se daba cita para saborear una rica nieve o paleta, un algodón u otro alimento, el ruido era por doquier, ya más tarde se veía a la gente retornar a su casa, más si era el mero día, el 15 de agosto, la fecha más importante de la Feria, ese día el parque lucía pletórico ya que la gente de las Congregaciones y Rancherías bajaban al pueblo.

Veíamos calles atiborradas de gente y con pestilentes olores propios de la necesidad de la gente, esa era la Feria, había corrida de toros en plazas improvisadas, posteriormente se construyo la Plaza de Toros en la salida a Martínez de la Torre donde brillaron las figuras de los más importantes toreros de México: Eloy Cavazos, Efrén Adame, el Curro Rivera y muchas figuras más.

No podía faltar los bailes con famosa orquestas como la Carlos Campos, Luis Alcaraz o grupos muy populares de la época, Mike Laure etc. que se daban cita en la planilla de don Lencho Castillo en la calle Obregón o bien en la plazoleta de la hoy Secundaria Federal o en otros lugares apropiados como la calle 5 de mayo o frente al Mercado Municipal “Antonio M. Quirasco “ en la calle Constitución.
No era una feria de lujo pero si muy popular, del pueblo para el pueblo en que la verdad se disfrutaba a la manera de un pueblo grande amante de sus tradiciones y cultura popular, naturalmente con las consiguientes molestias para la gente que vivía en el centro de la ciudad.
No podían faltar las festividades religiosas, las misas, confirmaciones, bautizos y es que la esencia de la Feria, era y es tradicionalmente religiosa, una costumbre en la cultura popular del pueblo misanteco para venerar a su santa patrona, posteriormente llegaron las peregrinaciones y otros aspectos religiosos que ha dado gran tradición a las festividades, como la hermosa Danza de los Tocotines.
Como olvidar la tradicional Feria de Misantla si la disfrutamos, con sus limitaciones al fin Feria, días que jamás volverán.
En la actualidad, las Ferias han cambiado, existe lo que se ha dado en llamar Teatro del Pueblo, se han modernizado, se realizan en diferentes lugares, en los últimos años por el rumbo del Hospital pero ya existe un recinto ferial por el rumbo de la Col. Pedregal.
Recuerdos de nuestra tradicional Feria de agosto, ¿usted los tiene?.
Fotos. Crédito a quien corresponda.
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