LAS COSTUMBRES EN MI PUEBLO.

LAS COSTUMBRES EN MI PUEBLO.

Relato escrito por  el Dr. Juan José Pelayo y Roa el 26 de agosto de 2017.

Aun recuerdo como si fuera hoy cuando mi abuela Susana Herrera Pérez (mamatita), solía llevarnos a la Iglesia y como veía en mí una total renuencia, me convencía fácil, «saliendo vamos a los chocomiles con kuki», eso por obviedad me entusiasmaba, ya que íbamos al mercado y lo hacíamos acompañada de una “masafina”para tomarnos nuestra bebida preferida.

Todo por los regaños del Padre Patricio Michel, quien en una ocasión me dio un coscorrón, pero era bonito convivir con él porque platicaba cosas interesantes, como sus expediciones cuando iba a la Madre Patria  a visitar a su familia y además en armonía con tantos amigos, que atentos escuchábamos  donde la mayoría de las veces se tocaba el tema de los valores, además el amor al prójimo. Conducta que me ha permitido acrecentar mi número de amigos y amistades.

Bonitos tiempos aquellos que agolpan mi mente, cuando acudo a algún servicio religioso, ya sea por fiestas (bautizos, 15 años, boda o acompañar algún amigo por fallecimiento).

Recientemente lo viví,  donde la Iglesia estaba a su máxima capacidad y justo antes de entrar me tope a un amigo, quien en estado de ebriedad me saludo con emoción, no por eso lo evadí, lo escuche con atención, ya que mi madre que nos crió atrás de un mostrador de su negocio, siempre nos decía «A TODAS LAS GENTES HAY QUE TRATARLAS BIEN Y SER AMABLES» y creó he hecho lo propio.

 Mi paisano emocionado con sobrada alegría me comento que había ganado, yo sorprendido le  pregunté el porqué  a lo que  me dijo en tono fuerte y con los brazos en alto, como cuando gana nuestra Selección Nacional de Fútbol; que no sabes :  ya sacaron a los invasores de La Palma.

Eso me provocó sentimientos encontrados, ya que por la mañana, observé  invadida la calle  donde está  ubicada mí casa por elementos de seguridad pública de gobierno del estado, pensé venían a un operativo por los altos índices de delincuencia en la región, después escuche cuál era su propósito por la radio.

Me despedí de él y recordé a muchos paisanos que se ganan la vida como «coyotes», todos los días los veo en el parque a donde se viven muchas experiencias buenas y malas, pero en fin así es la vida.

 Allí dentro de la Iglesia escuché pedir por muchas personas y desde  luego por los amigos en desgracia.

Hoy se que la vida da vueltas el tiempo y la edad me ha permitido ser prudente y solo me queda desearles a todos un bonito fin de semana y que Dios perdone a quienes obran mal, porque la maldad nunca a sido buena consejera .

 Los quiero y admiro paisanos

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