UN PEDACITO DE LA HISTORIA DEL DÍNAMO EN MISANTLA

UN PEDACITO DE LA HISTORIA DEL DÍNAMO EN MISANTLA

Escrito por Rasiel Gómez Castillo, publicado por la REVISTA EXPRESIÓN el 28 de agosto de 2020.

Misantla es un municipio rico en historia, si las cuentas no me fallan por los años 1925 – 1935 antes de que poco a poco se diera el desarrollo, la generación de electricidad dependía de este inmueble al que ahora todos conocemos como «Dínamo».

Don Pedro Juárez Quiñones, mejor conocido como «El Cuate» nos relata que hace como 80 años siendo un niño, recuerda que las señoras de Misantla de aquella época se iban a lavar su ropa al caño por donde fluía el agua del enorme río Misantla hacia las máquinas del dínamo para producir y de esta forma producir la electricidad, allí era una “rebumbia” porque colocaban canastas y agarraban huevinas, acamayas y como eran muy grandes las “nasas” las atrapaban con un rastrillo, antes el río tenía un afluente impresionante y grande no como hoy en día que sólo es un hilito.

Don Pedro Juárez Quinones y su visión del Dínamo. Foto: Revista Expresión.

Además en este importante lugar donde se exportaba café a diferentes destinos tanto nacionales como al extranjero, se instaló una fábrica de hielo que se enviaba a municipios circunvecinos como Vega de Alatorre, Juchique, Yecuatla, Colipa, etc.

El movimiento en el dínamo era impresionante desde muy temprana hora donde salían los cortadores de café a hacer su labor a los fincales, mientras que a los niños hijos de los trabajadores antes de que partieran a realizar sus tareas, les invitaban chocolate y plátanos hervidos para  que no se fueran con la barriga vacía.

El Dínamo en Misantla, cubrió una parte de la historia de la ciudad. Foto: Revista Expresión.

En ese tiempo doña Chelo Acosta era niña y se ponía a jugar con los hijos de los trabajadores todo era bonito porque no había distinción de clases y se daba una corredera por los grandes pasillos, cuando llegaban los papás de Chelo, todos los niños corrían al lugar que iba aterrizar la avioneta para darles la bienvenida, los niñitos que le tenían mucho cariño a los patrones, les decían, «madrina, padrino» mientras que la pareja dueña del Dínamo, con una sonrisa y con mucha alegría respondían amablemente.

Burros y mulas cargados de café, las planillas llenas y las secadoras a todo lo que da, también había quienes cuidaban el dínamo y cargaban sus buenos mauser.

¡Que tiempos aquellos! .

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