LA CIUDAD DE LAS FLORES

LA CIUDAD DE LAS FLORES

Un trabajo del Cronista de la ciudad Ángel Miguel Cuevas y Pérez, a quien le  agradecemos su colaboración para Misantla MX

Ángel Miguel Cuevas y Pérez

Cronista de la Ciudad

El hablar de uno de los edificios más emblemáticos de nuestra Insigne y Señorial Ciudad, nos ha llevado hacer una serie de consultas con personas mayores, que pudieran sacar del baúl de sus recuerdos ya sean de su infancia, juventud o de su vida adulta algunos testimonios de sucesos, personajes e inmuebles como el que ahora nos ocupa. Debo ser sincero que este tema que hoy se trata a sido en correspondencia de nuestro amigo francés doctor en historia Jean Francois Campario el cual ha estado haciendo investigaciones de algunos inmuebles que compraron algunos franceses a finales del siglo XIX en la congregación de Jicaltepec de la municipalidad de Nautla, San Rafael y Mizantla, principalmente del lugar en donde se encuentra el edificio que conocemos como “La ciudad de las flores”.

Hace algunas décadas en la casona funcionó una terminal de autobuses

La historia se remonta hacia los años de 1850-1860, en la cual unos vascos franceses de apellido Anglada, Descomps, Prigadoa, llegaron a Jicaltepec. En el año de 1859 llega al lugar señalado anteriormente procedente de Francia Jean Anglada Douse, estableciéndose en la comunidad de El Copal Chapachapa y hace venir a sus sobrinos y compatriotas de Serres-Castet donde conoce a la joven señora Cecilia Pérez originaria de Mizantla la cual tenía dos hijos naturales de un individuo de apellido Colorado y que tenían por nombre el varón Juan Carlos y la mujer llamada Inocencia con el apellido Colorado.

Jean Anglada se enamora de Cecilia Pérez y vive con ella en unión libre adoptando a los hijos que tenía, posteriormente procrea con ella dos hijos el varón llamado Julio Pedro y la mujer Guadalupe, con el tiempo el señor Jean Anglada compra dos propiedades en Mizantla, específicamente los solares números 4 y 5. La fracción 5 la adquiere el 10 de abril de 1896, propiedad del señor Julio Troubell en la cantidad de $ 900.00 y el solar 4 el 24 de noviembre de 1897, propiedad de la señora Piedad Ortega viuda de Troubell, el escribano fue el licenciado Eduardo Guzmán cuyas colindancias eran al oriente el jardín Morelos al poniente la propiedad de sucesión de Ignacio Alva, al sur la calle Galván, al norte las propiedades de Manuel Dorantes y Adolfo Betancourt, para establecer en ese lugar un hotel que llevaría por nombre Hotel Colorado y que estaría a nombre de su hijo adoptivo Carlos Colorado por ser uno de los mayores. Estos terrenos estan ubicados frente a la Plaza Principal de Mizantla en la esquina que conforman las calles Galván y Zaragoza.

La ciudad de MIsantla con el paso de los años ha ido cambiando

Al parecer no se construyo un hotel como tal, pero si un mesón en el cual se hospedaban los viajeros que llegaban a Mizantla, su arquitectura interior así lo constata, se cree que este estuvo pocos años en funcionamiento y fue vendido pocos años después. La señora Cecilia viaja a Mizantla a curarse porque se encontraba enferma y fallece el 18 de enero de 1908, siendo sepultada en el panteón de Mizantla muy cerca de la entrada. Jean Anglada vivía en Jicaltepec en donde tenía una casa y muere en 1913.

El señor Carlos Colorado (quien muere en el hospital General de Oaxaca de viruela hemorrágica en 1915) vendió el inmueble antes de morir a un comerciante llamado Isauro Luna, (el cual procreo con su esposa tres hijos dos varones llamados Guillermo y Baldomero y una hija llamada Blanca tal vez en alusión al color de su piel), llamado “La ciudad de las flores” con un estilo arquitectónico de influencia francesa muy peculiar de la época porfiriana.

Sobre la construcción del edificio se cuentan algunas anécdotas, el maestro constructor de apellido Trujillo se basó para la fachada, interiores, patio y escalera en un libro de construcciones de estilo europeo, también se comenta que cuando se estaban haciendo las excavaciones para cimentar el edificio uno de los trabajadores de nombre Antonio Herrera se encontró una olla de las llamadas de Colipa llena de monedas de oro y plata, la desenterró y se la llevo a su casa, se dice que el trabajador al otro día no regreso al trabajo y se fue a vivir fuera de Mizantla por temor a que le fueran a quitar el dinero.

En la actualidad de la familia Luna se sabe poco aunque personas mayores la recuerdan un tanto por su aspecto clasista, se comenta que don Isauro poco dejaba salir a su hija a la calle y el día que salía era acompañada por su madre o su sirvienta a los oficios religiosos de la iglesia cercana, la gente decía que era una joven muy bonita y de piel blanca con cabellos claros, cuando la veían asomarse de los balcones de la casa y que daban a lo que hoy es el parque central José María Morelos. La gran preocupación del padre de la chica fue siempre de que algún día se fuera a enamorar de un “indio lugareño”, por lo cual decidió ir a vivir a la ciudad y puerto de Veracruz para que por allá encontrara un hombre de su misma posición económica.

El licenciado Manuel Ortiz Denetro, actual propietario del inmueble, me comentó que su señor padre Celestino Ortiz Sánchez le compro la casa al señor Isauro Luna en la cantidad de $ 50.000 oro, en el año de 1950, ya que el señor Luna no quiso recibir billetes de banco quiso que se le pagara en monedas de oro que eran centenarios de cincuenta pesos. Pero como su padre no se a completaba con las monedas tuvo que viajar a la ciudad de Xalapa para conseguir lo que le faltaba pero como no logro reunir la cantidad se fue al puerto de Veracruz a conseguir el dinero faltante y que para su regreso a Mizantla por cuestiones de seguridad tuvo que rentar una avioneta para transportase con el dinero.

Me comento el licenciado Manuel que le decía su señor padre que si él vendiera la casa la vendería en la cantidad de un mil centenarios pero también seria en monedas de oro como él la había comprado.

Así luce el edificio de la Ciudad de las Flores. Foto Pepe Cantellano.

En la ya centenaria vida del edificio, ha ido conformando su propia historia ya que en la parte superior ha sido ocupada como vivienda en la parte baja por mucho tiempo fue restaurante, nevería y billar por algunos años en la actualidad se han instalado varios negocios, durante los años de 1970 en lo que fue su patio o jardín se utilizo como terminal de camiones de autotransporte de diversas líneas camioneras, diversas fotografías de años pasados atestiguan lo que aquí se ha narrado.

Como señale al inicio de este trabajo el edificio de “La Ciudad de las Flores” es emblemático por su belleza arquitectónica en el centro histórico de Mizantla y que también ha sido mudo testigo de grandes acontecimientos de esta Insigne y Señorial Ciudad.

Fotos: Tomadas de la página del Cronista de Misantla.

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